Una de las primeras preguntas tras el diagnóstico suele ser:
“¿Y ahora qué terapia necesita mi hijo?”
No hay una única respuesta. Cada niño es diferente, pero estas son las terapias más comunes y validadas:
1. ABA (Análisis Conductual Aplicado)
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Método estructurado que enseña habilidades mediante refuerzos positivos.
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Muy efectivo en niños pequeños.
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Requiere profesionales capacitados.
2. Terapia del Lenguaje
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Ayuda con la comunicación verbal y no verbal.
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Enseña habilidades para iniciar y mantener conversaciones.
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Puede trabajar con comunicación alternativa (PECS, pictogramas).
3. Integración Sensorial
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Diseñada para niños con hipersensibilidad o insensibilidad sensorial.
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Usa juegos y actividades físicas para regular respuestas al entorno.
4. Floortime
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Terapia basada en el juego, que fortalece el vínculo afectivo.
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Se adapta al nivel emocional y de desarrollo del niño.
5. Terapia Ocupacional
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Mejora habilidades de la vida diaria: vestirse, comer, higiene.
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Trabaja la motricidad fina, coordinación y autonomía.
Consejo: más importante que la “marca” de la terapia es que sea consistente, respetuosa y adaptada a tu hijo.